Cultura de Paz

En julio de 1989, en el Congreso Internacional «La Paz en la Mente de los Hombres» celebrado en el corazón de África, en Yamoussoukro (Costa de Marfil), la UNESCO expone por primera vez el concepto de “cultura de paz”, que constituye una nueva visión de la paz. En este Congreso se aprueba la “Declaración de Yamoussoukro” donde se define, también por primera vez, el concepto de cultura de paz:

“El Congreso invita a los Estados, a las organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, a las comunidades científicas, educativas y culturales del mundo y a todos los individuos a: a) contribuir a la construcción de una nueva concepción de la paz, mediante el desarrollo de una cultura de la paz, fundada en los valores universales del respeto a la vida, la libertad, la justicia, la solidaridad, la tolerancia, los derechos humanos y la igualdad entre hombres y mujeres”.

A partir del Congreso de Yamoussoukro, la UNESCO lidera un importante movimiento, a nivel mundial, en pro de una cultura de paz que tiene como objetivo promover valores, actitudes y comportamientos, en todos los niveles de la sociedad, para evitar la violencia y encontrar soluciones pacíficas a los conflictos.

Todo esto conducirá a la proclamación del año 2000 como “Año Internacional de la Cultura de Paz” y a la aprobación, por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 19 de noviembre de 1998, del “Decenio Internacional de una cultura de paz y no violencia para los niños del mundo (2001–2010)”.

El grado máximo de concreción sobre la cultura de paz se produce con la aprobación en 1999, de la “Declaración y Programa de Acción sobre una Cultura de Paz”, por la Asamblea General de las Naciones Unidas. En esta Declaración se sientan las bases conceptuales de la cultura de paz, así como las directrices y medidas para su desarrollo.

“La cultura de paz es un conjunto de valores, actitudes y comportamientos que reflejan el respeto a la vida, al ser humano y su dignidad. Que pone en primer plano los derechos humanos, el rechazo a la violencia en todas sus formas y la adhesión a los principios de libertad, justicia, solidaridad y tolerancia, así como la comprensión entre los pueblos, los colectivos y las personas”.

En la actualidad, veintiún años después de la aprobación de la “Declaración y Programa de Acción de Cultura de Paz”, la cultura de paz está tiendo un gran avance a nivel global. Numerosas organizaciones de la sociedad civil, instituciones educativas de los distintos niveles, administraciones locales, etc, de todo el mundo, llevan a cabo proyectos y acciones de todo tipo para el fomento de una cultura de paz.

En el Estado español se cuenta con iniciativas legislativas de interés para el fomento de la Cultura de Paz que pueden enmarcar las iniciativas de una Educación para la Convivencia y la Paz. Catalunya aprobó en 2003 la Ley 21/2003 de Fomento de Cultura de Paz. El Congreso español aprobó «LEY 27/2005, de 30 de noviembre, de fomento de la educación y la cultura de la paz«, mediante la cual se establecen una serie de medidas destinadas al ámbito educativo y de la investigación, con el objeto de establecer la cultura de paz y no-violencia en nuestra sociedad. Y posteriormente diversas comunidades autónomas han incorporado en sus estatutos leyes similares. Éste es el caso de la Comunidad Autónoma de Andalucía (Ley Orgánica 2/2007 de 19 de marzo), de la Comunidad de Aragón (Ley Orgánica 5/2007, de 20 de abril) o de Castilla y León (Ley Orgánica 14/2007, de 30 de noviembre, de reforma del Estatuto de Autonomía de Castilla y León), en el País Vasco el Decreto 1/2011, de 11 de enero de creación y regulación del Consejo Consultivo de Educación en Derechos Humanos y por la Paz.

A nivel internacional, algunos países han incluido la cultura de paz en sus Constituciones, como Bolivia o Ecuador, entre otros.

La Asamblea General de las Naciones Unidas hace un seguimiento anual de la Declaración y Programa de Acción para una Cultura de Paz. La Asamblea General también organiza anualmente, en septiembre, en la sede de las Naciones Unidas el “Foro de Alto Nivel sobre Cultura de Paz”.

Pero lo más importante de todo, es la concienciación de la ciudadanía sobre la necesidad de transformar las culturas de violencia por culturas de paz.