El respeto de los derechos humanos y la dignidad de todas las personas sin distinción de raza, género, origen, creencias o cualquier otra circunstancia personal o social es uno de los fundamentos de la convivencia. Las sociedades más prósperas son aquellas que son plurales, en las que confluyen identidades múltiples en lo cultural, social y religioso que suponen un enriquecimiento para la ciudadanía. También se amplían las oportunidades y las capacidades para la innovación y para la construcción de alternativas que mejoren la calidad de vida de las personas.

La tensión entre universalidad de derechos y su aplicación a realidades de diversidad cultural y social genera debates sobre el alcance de los derechos en muchos ámbitos, desde el uso de las lenguas, a los contenidos educativos hasta la planificación urbanística y la convivencia ciudadana.  La democracia implica asumir el pluralismo cultural e identitario de la sociedad, así como las diferencias que debe ser respetadas y protegidas. Se trata de promover una sociedad que persigue la igualdad de oportunidades para todas las personas y que aborda la gestión de los conflictos desde un enfoque de derechos humanos.

Este seminario será una oportunidad para explorar y reflexionar sobre la gestión positiva de la diversidad y los nuevos retos que plantea el ejercicio de la ciudadanía en el marco de la Agenda 2030 y de los Derechos humanos.